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El juego, no sólo es diversión

El juego o las actividades lúdicas no tienen espacio ni tiempo en la sociedad que vivimos, tenemos muchas tareas que hacer, vamos corriendo a todos lados por ello utilizamos los juguetes para que nuestro perro se entretenga un rato porque no tenemos mucho tiempo para él. He escuchado muchas veces “Si tiene toda la casa llena de juguetes y no les hace caso”. Muchos juguetes no es sinónimo de tener una actividad lúdica. Normalmente los perros con muchos juguetes dispersos por la casa solo los hacen caso para romperlos, de esta forma sin ser conscientes, la conducta que estamos fomentando es la conducta destructiva.

En este artículo vamos a profundizar en todos los aspectos del juego, los beneficios que aporta, que tipos de juego y que tipos de juguetes atraen a nuestros perros.

El comportamiento lúdico aparece en edades muy tempranas, los cachorros de perro con veinte días comienzan a jugar entre ellos. Estas primeras sesiones de juego les enseñan a comunicarse y a desarrollar el lenguaje canino. Un cachorro aprende a tener un comportamiento socialmente correcto a través del juego y también aprende la conducta de caza jugando, esto significa que todo lo que debe saber un perro para sobrevivir en una manada lo aprende en sus primeras fases de vida gracias al juego.

El juego es importante en el desarrollo del perro ya que realizar una actividad lúdica estimula la circulación sanguínea, mejora el equilibrio, la flexibilidad y favorece el desarrollo del aparato locomotor. Durante el juego se liberan endorfinas, neurotransmisores y hormonas beneficiosas para el cerebro y el sistema inmune por tanto el juego también es necesario en los adultos, debemos jugar con nuestros perros durante toda su vida.

Actualmente la neurociencia ha otorgado otra cualidad al juego, puesto que ha demostrado que el elemento esencial del aprendizaje es la emoción. En base a esta premisa, veterinarios expertos en conducta canina sugirieron que se podía usar la excitación emocional inmediatamente después de una sesión de entrenamiento para ayudar a fijar lo aprendido, es decir potenciar la memoria. Como conseguirlo pues a través del juego, la actividad lúdica genera una situación emocionalmente excitante. Tras un estudio llevado a cabo con 16 perros, la investigación deja un mensaje claro, la simple adición de una sesión de actividad lúdica después de un entrenamiento puede contribuir significativamente a la efectividad y el rendimiento de un perro que está aprendiendo nuevas habilidades.

Los comportamientos lúdicos que puede desarrollar un perro son muy variados pero se categorizan en dos tipos de juego.

El juego social

Son las actividades lúdicas que se establecen entre un perro y otro perro, otro animal y por supuesto con un humano. El juego social implica llevar a cabo interacciones positivas que son la recompensa al juego y establecer un código de comunicación que permita proseguir el juego o finalizarlo.

Jugar ayuda a crear un vínculo, construir una relación positiva entre el perro y su propietario. La función del vínculo es afianzar la confianza, mejorar la obediencia y construir un apego sano para prevenir problemas de conducta como la ansiedad por separación.

Los aspectos a tener en cuenta cuando jugamos con nuestro perro;

  • Con perros tímidos e inseguros hacia perros o personas, el juego social no será algo positivo sino una fuente de estrés por tanto no forzar ni obligar.
  • NUNCA jugar con nuestras manos o pies. Promover en los cachorros que nos persigan las manos o pies se convierte en un problema cuando el perro crece, su fuerza y falta de autocontrol no será divertido.
  • ¿Entonces a que jugamos? Podemos jugar al escondite, lanzarle una pelota, lanzarle un frisbee, jugar al juego del trilero con golosinas, jugar con un mordedor a tira y afloja. Conociendo las preferencias de nuestro perro sabremos de motivarlo y divertirnos con él.

El juego preferido del 90% de los perros es tirar de un mordedor, cuerda o lo que sea que alguien esté sujetando. Está muy extendida la creencia de que los juegos de tira y afloja potencian la agresividad y dominancia de los perros. Todo lo contrario jugar con un mordedor nos sirve para enseñar   la orden de “suelta” y el autocontrol en la mordida. Es imprescindible moldear bien este juego para que sea educativo y no genere sobreexcitación descontrolada.

El juego individual

Es cuando el perro realiza conductas lúdicas que le proporcionan diversión y son auto-reforzantes en sí mismas.

Seguro que habéis observado vídeos en redes sociales de perros divirtiéndose solos.

Existen en el mercado muchos juguetes para potenciar y promover los juegos individuales, son los juguetes que se rellenan de comida o golosinas o los juegos de inteligencia tipo puzles.

Estos juguetes fomentan las capacidades cognitivas de los perros, son muy interesantes para combatir el aburrimiento en cachorros o el envejecimiento cerebral en perros geriátricos.

Este tipo de juegos son muy gratificantes para los perros, porque les permite desplegar sus capacidades olfativas. Para conseguir la comida, el perro debe usar la mente y no la fuerza.

La estimulación del olfato es una técnica que se utiliza en las terapias de modificación de conducta para reducir el estrés y fomentar la calma.

Algunos consejos sobre cómo utilizar los juguetes interactivos:

  • La presentación de estos juguetes debe ser gradual y progresiva, así como adecuada en dificultad al nivel cognitivo y edad de tu perro. Hay que empezar por juguetes sencillos para el perro ya que si le resulta muy complicado conseguir la comida se frustrará, la frustración genera ansiedad justo lo contrario al objetivo de utilizar estos juguetes. Al principio y si es necesario puedes ayudar a tu perro a descubrir el funcionamiento de estos juguetes.
  • Utiliza juguetes de calidad que no se rompan fácilmente y que se puedan lavar. Los perros utilizan mucho la boca con estos juguetes por tanto si se rompen se pueden hacer daño en las encías, y los ensucian mucho con la saliva por eso se deben lavar con frecuencia.
  • Nunca le dejes solo con un puzle es muy probable que lo rompa. Los juegos de inteligencia o puzles de buena calidad son costosos pero duran toda la vida. Es muy divertido observar a un perro resolver un juego de inteligencia y sobre todo observar como con el tiempo cada vez lo resuelve más rápido. Si estás supervisando al perro puedes recoger el juguete cuando consigue sacar todas las golosinas y así no lo destrozará nunca.
  • Los juguetes que se rellenan de comida si se pueden utilizar cuando el perro se queda solo, sirven para desviar la atención del perro cuando le dejamos solo de modo que se quedará entretenido y no pendiente de la puerta. Debes utilizarlo también en otras situaciones no solo cuando le dejas solo para que no lo asocie con tu ausencia. Por ejemplo son muy útiles para perros que comen con mucha voracidad, dándole la ración en este tipo de juguetes comen más lentamente.
  • Puedes fabricar juguetes interactivos caseros, reciclando una botella de plástico, una caja de cartón. Con los juguetes caseros la supervisión es aún más importante (no le dejes solo) para evitar que el perro ingiera un trozo de plástico o cartón.
  • Para mantener siempre la motivación del perro, ten varios juguetes diferentes e intercámbialos.

En resumen, el juego es necesario para que nuestros perros estén saludables, gracias al juego aprenden más y mejor. A través del juego mejoramos la conexión emocional, consiguiendo un vínculo adecuado. Es una herramienta valiosa que ha de canalizarse de manera adecuada para que aporte beneficios a la vida de nuestro perro. En exceso y mal gestionado puede potenciar conductas inadecuadas, por ello nunca debemos fomentar las conductas excitables ni convertir a nuestro perro en un “loco de la pelota”.

Os hemos dado algunas claves para que comencéis a divertiros con vuestro perro, no es una prioridad jugar todos los días con vuestro perro pero sí que vuestro perro pueda desarrollar todos los días una actividad lúdica, bien solo, con otro perro o con vosotros.

Lorena Díez Pereira

Veterinaria especializada en etología clínica y comportamiento canino.