CONSEJOS DE EDUCACIÓN PARA CACHORROS

Los siguientes consejos no pretender sustituir el trabajo personalizado de un profesional que según el temperamento y entorno del cachorro, recomiende unas pautas personalizadas. Estos consejos son una simple guía para introducir  nociones básicas para la educación de un cachorro.

Los perros son capaces de establecer relaciones sociales y afectivas con individuos de su propia especia y de otras, como los humanos. Pero estás relaciones deben ser estables y generar seguridad en el perro siendo  importante establecer una comunicación correcta, basada en el afecto y disciplina.

La comunicación social entre perros se basa en señales visuales, olfativas y acústicas, con los humanos aprenden con la convivencia y el adiestramiento a reconocer parte nuestro lenguaje verbal

La educación de un cachorro se basa en la adquisición de hábitos de eliminación  adecuados, aprender las normas de convivencia de su  grupo social   (familia humana) y realizar una correcta socialización a diferentes estímulos y situaciones.

La etapa  más importante  para aprender las normas de convivencia  y el modo correcto de comportarse es entre los 4 y los 10 meses de vida del cachorro. Todos los comportamientos inadecuados que se inicien, instauren y mantengan durante un tiempo se convierten en conducta aprendida y luego es más difícil modificarlos. Por ejemplo, morder es un comportamiento  natural en el perro pero debemos inhibir el mordisco  hacia las personas durante el proceso de educación.

Aprendizaje de los hábitos higiénicos

Los cachorros adquieren la preferencia por el sustrato donde orinan a las 7-8 semanas y de ahí hasta los 6 meses debemos enseñar el lugar apropiado.

De forma natural los cachorros prefieren sustratos porosos, tierra, césped, alfombra y hacerlo lejos de su lugar de dormir, comida y agua. Si seguimos esta tendencia natural debemos colocar en casa un empapador o similar para que orine y defeque lo más alejado posible de su zona de dormir y comer. Si la casa es grande podemos poner dos puntos separados para que tenga dos opciones adecuadas.

Los cachorros de 2-3 meses suelen orinar 8 veces al día, por tanto hay que llevarle a la zona adecuada o a al patio/jardín después de levantarse de una siesta, 15-20 minutos después de comer, después de una sesión de juego.

No es aconsejable castigar al cachorro por hacerlo en un sitio inadecuado, lo que aprenden es a no defecar u orinar en presencia del propietario lo cual será un problema cuando le empieces a sacar a la calle y no quiera hacer nada porque va atado y estás cerca de él.

Cuando empieces a salir a la calle, instaura una rutina lo más estable posible y aunque el cachorro no lo haga sigue bajando cumpliendo el mismo horario cada día, es sólo cuestión de días que el cachorro construya el hábito. Es importante a partir de los 4 meses, ir quitando los empapadores de casa para que el cachorro aprenda a esperar hasta salir.

Los juguetes:

Todo cachorro debería tener algunos juguetes.  No deben caberle enteros en la boca, porque se los podría tragar. No deben romperse con facilidad, ni tener materiales tóxicos y deben poseer formas y texturas atractivas para el cachorro.

Los juguetes no están a su libre disposición sino que se los van administrando cada día uno diferente, así  mantenemos siempre la motivación y le distraen más.

La mejor opción  para cuando el perro se queda sólo son los juguetes “interactivos”, es decir, que responden al juego del perro y desarrollan sus capacidades cognitivas: juguetes que hacen ruido cuando se muerden, juguetes rellenables con pienso o comida, tipo “kong®”, o huesos de cuero.

Para cuando jugamos con el cachorro, se pueden usar pelotas, frisbees y cuerdas o mordedores para tirar.

Tampoco conviene darle calcetines, zapatos o trapos viejos, puesto que el cachorro no va a distinguir lo nuevo de lo usado, y aprenderá a morder todo lo que tenga a su alcance.

Los premios:

Los perros aprenden todo más rápido mediante reforzamiento positivo, es decir, premiando las conductas que nos gustan. Estos premios pueden ser  caricias, palabras amables, comida o juego.

Lo más cómodo, más rápido y más comprensible para el perro son los premios de comida. Éstos deben ser muy pequeños (como del tamaño de una bola de pienso) y sabrosos. Lo del sabor dependerá de lo que le guste a cada cachorro: bolitas de pienso de gato, galletas pequeñas para cachorros, trocitos de jamón cocido o salchicha…

Premie al cachorro inmediatamente después de que comience a hacer algo que está bien hecho: irse a su cuna a dormir, jugar con sus juguetes, tumbarse tranquilamente en el suelo, hacer pis donde debe… por todo esto se merece un premio.

Por eso los premios deben ser muy pequeños, para que no se harte de ellos, y luego se coma bien su pienso, que es lo que le proporciona una  alimentación equilibrada.

Las correcciones:

Los cachorros se meten por todas partes, se suben a todos los sitios que pueden, muerden cosas para descubrir lo que les rodea… está en su naturaleza, es su forma de reconocer los nuevos objetos, de aprender cosas nuevas y de investigar para conocer su nuevo mundo.

Pero que sea un comportamiento normal no quiere decir que debamos permitirle morderlo todo. Si queremos evitar que el cachorro haga algo, lo mejor es interrumpir su acción en el momento en que está empezando, cuando el perro pone una pata encima del sofá, o se acerca demasiado a un cable de la luz… en ese momento, lo mejor es hacer un ruido fuerte, o cogerle en brazos por sorpresa, todo esto unido a la palabra “MAL” o cualquier otra palabra, dicha en voz seca y cortante.

Las correcciones  nunca deben ser  gritos, ni golpes.  Deben ser lo más rápido y por sorpresa  posible a la acción que queremos que deje de hacer y siempre debe de ir seguido de ofrecerle una alternativa a modo de conducta aceptable que podamos premiar.

Los castigos desproporcionados y no aplicados en el momento justo solo sirven para deteriorar el vínculo con nuestro cachorro y generarle inseguridad, y esto repercute muy negativamente en el adiestramiento futuro.

Cuanto más premie las buenas conductas, menos tendrá que corregir las malas. Las conductas para demandar atención, como saltarnos, ladrar para pedir comida o juego, pedir comida mientras comemos, este tipo de conductas debe ser ignorado.

Permitir el juego con otros perros, sociables y equilibrados. Esto favorece que el cachorro adquiera un lenguaje canino adecuado para comunicarse con sus congéneres. La conducta social es una necesidad etológica de la especie canina,  si juega frecuentemente con otros perros / cachorros se convertirá un adulto equilibrado y social. Pero el juego con otros perros debe ser adecuado para la edad de nuestro cachorro, no debemos forzar al cachorro nunca, si se muestra tímido o no quiere acercarse a los perros hay que darle tiempo pero no obligarle.

Adiestramiento

Los primeros seis meses en casa debe aprender su nombre, acudir a la llamada, sentarse y tumbarse. De los 6 a los 9 meses hay que afianzar la llamada en lugares con distracciones, parque, campo, presencia de otros perros y tiene que aprender a caminar sin tirar de la correa.

El adiestramiento es un proceso que requiere tiempo y mucha paciencia, cada perro tiene una capacidad de atención y concentración es cuestión de motivarles adecuadamente para conseguir un buen nivel de obediencia.